conectados antes de cada partida. Según se nos ha comentado, cada juego estará linkado a la identidad que tengamos en Xbox Live, permitiéndonos jugar gracias a la nube a nuestro juego en cualquier consola que tengamos. Xbox One comprobará la conexión antes de cada partida, en una suerte de DRM, pero no necesitaremos estar conectados mas allá de este punto para seguir disfrutando de nuestros juegos favoritos -salvo que el juego así lo requiera-. 

xbox one

Habrá polémica sobre este punto, y Microsoft no ha sido totalmente clara al respecto, por lo que os mantendremos informados de uno de los grandes fallos de Xbox One. El otro, hace referencia a la ausencia total de retrocompatibilidad respecto a Xbox 360. No podremos jugar a los juegos arcade descargados, ni tampoco a los físicos que tengamos en nuestra colección. La explicación oficial de la compañía es que la arquitectura de la consola es completamente distinta a la utilizada en la anterior generación, imposibilitando la emulación de su software a todos los niveles. 

Parte de la culpa de esto la tiene la arquitectura de la consola, diseñada para la multitarea desde el primer momento, con 8 GB de RAM que permitirán realizar diversas funciones al mismo tiempo. Respecto a la potencia del sistema y sus características técnicas se han vertido rios de tinta, sin embargo la realidad es que Xbox One es un sistema 10 veces más potente que Xbox 360, 20 veces más poderoso que la tablet puntera en el mercado y, como mínimo, a la altura del PC de más alta gama disponible en la actualidad. Las comparaciones con PS4 son necesarias, pero aún carecemos de pistas suficientes para saber de qué lado se decantará la balanza. Si bien las primera apreciaciones son que la máquina de Sony es ligeramente más poderosa. 

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Lo que si es seguro es que Xbox One se caracterizará por ser muchísimo más silenciosa que su predecesora, a pesar de tener un tamaño superior a esta, concretamente un 10% más grande que Xbox 360. Quizás parezca de mayor tamaño aún por su diseño sobrio y más cuadrado, pero lo cierto es que no resulta mucho mayor a lo que veníamos estando acostumbrados. Más allá de valoraciones sobre lo acertado o no del diseño, nos choca que no vayamos a poder poner la consola en vertical. La opinión personal del que suscribe, tras haber podido incluso tocar el nuevo sistema es que no han acertado con su aspecto, ya que da la sensación de estar ante un mamotreto a la altura de la primera consola de Microsoft. 

Al menos parece que sí estará a la altura en cuanto a capacidad de disco duro, con 500 GB de capacidad por defecto -que puede que se queden corto si, como se rumorea, la instalación es obligatoria para los juegos-. También es destacable la inclusión de tres puertos USB 3.0, dos en la parte trasera y uno en el lateral izquierdo de la consola, más una salida creada expresamente para la conexión con Kinect. Además están presentes las salidas digitales y de HDMI, completando un set de conexiones a la altura de lo esperado. Por supuesto, el Blu Ray será el medio físico para los juegos -como no podía ser de otra manera, Microsoft no puede permitirse otro descalabro como el del HD-DVD-.

Las últimas pinceladas a la oferta de la consola son las que da Xbox Smartglass, ahora potenciado y mucho más relevante que en la actual Xbox. Esta aplicación para móviles y tablets será ahora el complemento ideal tanto a la hora de jugar como al visualizar contenidos de televisión -el otro gran pilar de la experiencia Xbox One-. Sin embargo será en los juegos donde Microsoft quiere dar el do de pecho, afirmando que "al fin y al cabo lo importante de todo esto son los juegos". 

Los juegos de Xbox One.

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